domingo, 9 de octubre de 2016

Las neuronas espejo nos conectan


Para pensar los bordes, ahora desde las neuronas espejo, un interesante artículo de Vilayanur Ramachandran director del Centro para el cerebro y la Cognición del Departamento de Psicología de la Universidad de San Diego. 

Les dejo un párrafo de la nota y el enlace completo para su lectura: 

“La neuronas espejo además de permitir transmitir el conocimiento mediante la imitación, son una suerte de enlace entre todos los seres humanos, según el científico. \"No existe un verdadero ser independiente, apartado de los otros seres humanos. Uno está conectado con los demás en realidad no mediante el Facebook o el Internet, uno está casi literalmente conectado con los demás por sus neuronas\"

http://www.sophimania.pe/ciencia/cerebro-y-neurociencias/la-humanidad-es-producto-de-las-neuronas-espejo/

jueves, 6 de octubre de 2016

0-1: Bordes y pares binarios


El pensamiento binario es básicamente dicotómico, navega  entre categorías mutuamente excluyentes: lo uno se opone a lo otro construyendo un sentido único, una representación de la realidad y del mundo. Abordar la binaridad implica analizar un problema de tipo epistemológico.

Nuestra vida cotidiana, la cultura, la vida cotidiana, la ciencia, la religión, están plagadas de pares binarios más o menos asimilados culturalmente: hombre- mujer, trabajo-placer,  cuerpo-mente, bueno-malo, urbano-rural, ciencias naturales-ciencias sociales, son solo algunos ejemplos de una construcción de sentidos de opuestos excluyentes que emergen de manera naturalizada.

Los esquemas binarios proponen un vínculo con bordes rígidos que configuran opuesto-semejantes porque construyen su diferencia en la oposición transformándose en semejantes al pensarse desde su opuesto. Al erigirse como y desde lo opuesto se mueven en una línea sin transformación siendo espejo de aquello mismo a lo cual se oponen.

La operación de la binarización implica un proceso totalizador, en cada uno de los polos del proceso se encuentra una respuesta abarcadora que se construye por diferencia y oposición. Desde esta perspectiva, los pares binarios generan un  proceso empobrecido que oculta la emergencia de la alteridad.

Para superar el pensamiento binario es necesario transcender una mirada dicotómica y enfrentada entre paradigmas y categorías y  proponer procesos que respondan más a una lógica rizomática que a un pensamiento unidireccional. En términos de Deleuze y Guattari: “el rizoma es un pensar desafiante al binarismo reduccionista de Occidente, por tanto es la aceptación de la multiplicidad, un devenir permanente que aboga por la transmutación de los espacios de sentidos reglamentados por una lectura unidireccional, líneas de huída para la conformación de nuevos agenciamientos en apertura permanente”. (Deleuze y Guattari, 2002).

El rizoma propone un pensamiento diferente al invitarnos a conectar dimensiones diversas en itinerarios no planificados. Allí es donde surge la posibilidad de que algo nuevo surja, en la conexión entre los diferentes. Y nuevamente llegamos a los bordes; el concepto de rizoma de Deleuze y Guattari vuelve a invitarnos a poner la mirada en esos “espacios de sentidos no reglamentados” donde es posible encontrar nuevos agenciamientos y posibilidades.


miércoles, 5 de octubre de 2016

Conectividad en red: la potencia del networking

Desde hace varios años, el término networking ha tomado gran relevancia. Pero: ¿ cuál es la verdadera importancia del networking? Devora Zack en el libro “¡Odio el networking! (pero lo necesito)” ofrece una simple definición que nos permite una primera aproximación al tema definiéndolo como “el arte de forjar y mantener contactos para obtener resultados positivos y compartidos”. Desde esta perspectiva, la esencia del networking es el contacto. Pero no se trata de coleccionar datos de contactos en tarjetas de visita o acumular una agenda con cientos de nombres que no podemos reconocer. El verdadero arte del networking, consiste en el establecimiento de vínculos, de relaciones y de redes de reciprocidad que redunden en mutuos beneficios entre las partes.

El networking requiere pensar en nuestra capacidad de establecer relaciones buscando sinergia, relaciones duraderas, basadas en vínculos de confianza y colaboración. Sobre lo anterior existe una larga trayectoria bibliográfica. Quizás la más conocida es la de Mark Granovetter, que ya en 1973, refiriéndose a las relaciones fuertes y débiles en las redes sociales, definió el vínculo interpersonal como “fruto de una combinación de tiempo, intensidad emocional, confianza y servicios recíprocos”.

Vemos como las definiciones anteriores, tiran por tierra aquellas ideas que consideran que el networking implica disponer de una larga lista de contactos para realizar ventas o que implican solo contactos a través de Linkedin. Muy por el contrario, pensar el networking nos introduce en el terreno de las redes humanas y su potencial, entendiendo que cada persona conocemos, es un nodo en una red interconectada capaz de expandirse sin límites. Las redes de nuestros vínculos siguen recorridos azarosos, muchas veces imprevistos, y nos llevan a lugares no imaginados  desde el punto de partida. Tal es la potencia de la conectividad con otros.

Y éste es justamente el potencial del networking: la práctica de construir puntos de conectividad con otros genera un gran impacto en nuestra vida. Los seres humanos “somos con otros”, nos potenciamos con otros. Es en nuestras redes y sus conexiones donde encontramos la posibilidad de una mayor realización y crecimiento en la vida.  

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