Mientras
escribo una y otra vez las entradas de este blog me interrogo: ¿Qué hay en los
bordes que despierta tanta fascinación? ¿Cuáles son las preguntas o los
espacios de apertura en los que el concepto abre mi deseo para habilitarme a
incursionar? Creo que esta respuesta tiene para mí muchos ejes de posibilidad:
En
primer lugar considero que transitar los bordes de un campo profesional siempre
está ligado a una propuesta de innovación. Una suerte de desobediencia
disciplinar que se liga a una destrucción creativa. Realizar experiencia en el
borde del campo profesional siempre implica un expandir los límites del propio
conocimiento, un andar un camino nuevo, un necesario proceso de realizar
preguntas nuevas para las cuales no hay respuestas ni certezas. Y en el andar ese
proceso es donde se hace lugar a lo nuevo, a aquello del orden de lo no
previsto, de lo creativo.
Los
bordes pueden pensarse también, como un marco para agrupar herramientas
teóricas y metodológicas para la acción sin necesidad de separar tajantemente
las categorías. En el borde y desde los bordes podemos pensarnos y pensar de
manera compleja, integrarnos en nuestro análisis, operar y crear herramientas
metodológicas sin la celosa vigilancia de las disciplinas enfocándonos en la
resolución de los verdaderos problemas. Desde los bordes se produce nuevo
conocimiento que no se replica por imitación sobre métodos o campos de certezas
porque no hay caminos transitados que copiar, sino que se exige una rigurosa
reflexión sobre la práctica, sostenido en una amplia y flexible formación que permita
hacer emerger nuevo conocimiento en
equipos amplios y diversos.
Finalmente
y no menos importante, el borde puede ser una posibilidad de
resistencia ante toda propuesta dicotómica, ante toda situación donde el poder
se ejerce aparentemente sin fisuras de manera vertical. Transitar los bordes es
aquí una línea de fuga para la acción, una manera de encontrar la fractura. El borde es así otra forma de construcción. Desde aquí, los bordes abren perspectivas de resistencia, tejen tramas de solidaridad, construyen caminos no
previstos a las lógicas cerradas hacia un punto.
La pregunta sobre el borde tiene indudablemente muchos ejes de posibilidad, he propuesto aquí solo tres invitaciones que por sí misma, valen la pena transitar.