martes, 20 de septiembre de 2016

Habitar los bordes desde la comunicación

Botero "Equilibrista" 
Para habitar los bordes se necesitan profesionales livianos de prejuicios y sólidos de conocimientos para caminar con "otros diferentes” entre los intersticios, las conexiones, las redes y los espacios donde se imbrican los saberes. 

No se trata de la tarea de un equilibrista, los bordes son espacios muy amplios. Es más bien, un quehacer de un “conector”, de un profesional con capacidad de mirar el todo y conectar las partes, con una gran tolerancia a la incertidumbre, abandonando la verdad del conocimiento como principio totalizador.

En este punto, el rol de la comunicación implica un unir saberes, un producir encuentros. Y es justamente en la complejidad de esos encuentros donde aparece la necesidad del comunicador de transgredir los límites disciplinares para construir nuevos niveles de comprensión. Eduardo Vizer (2003) nos indica: “la comunicación puede ser precisamente una perspectiva de interpretación que cruce los límites disciplinarios y ayude a construir un metanivel de comprensión sobre la realidad conflictiva y multidimensional de los procesos que se articulan en una realidad dada”

En estos términos, habitar los bordes desde la comunicación implica aceptar que la complejidad inherente a la realidad no puede ser abordada por un solo campo disciplinar y que requiere  de profesionales capaces de afrontar la transdisciplina y trasformarse en sinfonía con la realidad que desean cambiar. 

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