Dos situaciones nos
sirven de punto de partida para seguir pensado la innovación como proceso
de borde. Dos situaciones que marcan los
límites de una forma de pensar que ha sido característica en los abordajes de
innovación en la ciencia. Si bien son
historias particulares que no pueden extenderse al universo de las prácticas de
innovación para el desarrollo, son interesantes para invitarnos a la reflexión
y al análisis de nuevas categorías conceptuales para abrir la innovación a su
propia complejidad.
La primera la proporciona
José Antonio López Cerezo (2008), en el artículo los “Los entornos de la innovación” a partir de relatar
la historia de un fracaso científico del Instituto de Ciencia y Tecnología
Nucleares de la Habana. El relato de López Cerezo versa sobre la implantación
de una nueva variedad de frijoles propuesta por el Instituto como solución a
una fuerte reducción en la variedad de mayor difusión y aceptación social de
frijoles en la Habana por una plaga que afectaba a los cultivos. A partir de
esta problemática, los científicos del Instituto desarrollaron una nueva
variedad inmune a la plaga, que buscaba ser idéntica a la tradicional en todos
los parámetros relevantes (color, peso, textura). Pero cuando se inicia la etapa de comercialización,
el resultado fue un rotundo fracaso. Los consumidores entendían “que no sabían lo mismo” y optaba por no
consumirla.
La segunda
experiencia sobre los efectos de un proceso de industrialización de tapices en
un poblado rural, la aporta Paolo Mefalopulos y Chris Kamlongera (2008) en “Diseño
participativo para una estrategia de comunicación de la Organización de las
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación”. Ambos autores narran el caso de un proyecto
de una organización internacional vinculada a la intensificación en la
producción de tapices en una comunidad rural. En esta comunidad, los tapices y
alfombras artesanales realizadas por los hombres eran el principal y único
recurso económico del pueblo.
En este marco, una
organización no gubernamental internacional identificó este poblado como un
objetivo posible para su programa de contención de la pobreza. El programa
estaba enfocado al género y fomentaba la generación de ingresos por parte de
las mujeres. Después de un estudio de factibilidad, la organización no
gubernamental identificó la producción mecanizada de tapices para las mujeres
como el proyecto para la generación de ingresos. La organización inmediatamente
proveyó los materiales para el desarrollo de una pequeña planta de producción
industrial y capacitó a las mujeres del poblado. A partir de allí, hombres
y mujeres comenzaron a competir por un
mercado limitado de tapices. Las mujeres con su capacitación y su maquinaria,
produjeron un mayor número de ellos y los hombres pusieron fin al tejido de
tapices ya que no podían competir con las mujeres y su nueva tecnología. Por su
parte, las mujeres, al estar trabajando en la fábrica no podían atender sus
tareas domésticas como era tradición y por consiguiente muchos aspectos en el
poblado comenzaron a deteriorarse (por ejemplo se redujo el acceso al agua
potable, dificultades en aspectos sanitarios, violencia familiar entre otros).
Muy pronto, con el aumento de la producción, el mercado estuvo saturado, los
precios comenzaron a bajar y por consiguiente el ingreso comenzó a empeorar
rápidamente en el poblado.
Los casos narrados invitan a la reflexión de lo
que Rosa María Alfaro (1993) retomando a Mattelart define como «la pérdida del
sentido del otro» que suele estar presente en las conceptualizaciones
tradicionales de innovación y en muchos proyectos de desarrollo. El “olvido” sobre el gusto del consumidor
–que no puede pesarse o medirse de acuerdo a las categorías clásicas- en el
caso de López Cerezo o la imbricación de dimensiones presentes más allá de los
indicadores económicos puestos en juego en el caso narrado por Mefalopulos
y Kamlongera.
Los casos muestran lo complejo de la realidad,
y como la realidad se presenta en sistemas interconectados, solidarios entre
sí, más allá de nuestra creencia de
pensarlos en términos separados y compartimentados. Desde esta
perspectiva, se muestran las limitaciones de pensar la innovación en términos
de linealidad y simplicidad.
En este punto es
interesante retomar el concepto de autopoiesis de Maturana y Varela (1998) para
pensar la innovación como autopoiética en la medida que puede entenderse como
un proceso circular recursivo que se auto-produce y auto-reproduce dentro sus
propios límites. El concepto de autopoiesis para pensar la innovación nos
muestra los límites de los propios sistemas más allá del “empujón de la
ciencia” o del “tirón de la demanda” y marca la necesidad de repensar el
proceso como una construcción conjunta entre los diferentes actores
involucrados que muestra sus limitaciones
dentro del propio sistema.
A partir de lo anterior, la innovación borra su
secuencia en línea para mostrar toda su complejidad. La innovación es
concebida como un proceso social de creación e intercambio de conocimientos entre actores. Nunca es producto de un proceso individual,
siempre es resultado de una interacción con otros.
Pero el abordaje de la innovación desde un pensamiento
complejo requiere indefectiblemente superar los límites disciplinares para
pensar en procesos interdisciplinares y transdiciplinares capaces de construir
nuevos niveles de comprensión.
En este punto la
comunicación cobra un lugar central al facilitar los espacios de encuentro, al
mostrar los bordes, los cruces donde puedan emergen los nuevos acuerdos. Eduardo
Vizer reflexiona al respecto: «la comunicación puede ser precisamente una
perspectiva de interpretación que cruce los límites disciplinarios y ayude a
construir un metanivel de comprensión sobre la realidad conflictiva y
multidimensional de los procesos que se articulan en una realidad dada» (Vizer,
2003: p.157).
Nuevamente la comunicación y los bordes aparecen ligados
en la complejidad de los procesos de innovación, necesariamente van en
pareja, la comunicación encuentra en los bordes un lugar donde habitar.
Bibliografía:
LOPEZ CEREZO, J
(2004, abril). “Los entornos de la innovación” Revista Iberoamericana de
Ciencia, Tecnología y Sociedad. REDES: Centro de Estudios sobre Ciencia,
Desarrollo y Educación Superior. Año/Volumen 1. Nº 002 189-193. Buenos Aires.
Volumen 002 de las páginas 189-193. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/pdf/924/92410210.pdf
MEFALOPULOS, P y
KAMLONGERA, C (2008) Diseño participativo para una estrategia de comunicación.
(2ª ed.). Dirección de Investigación y Extensión Departamento de Ordenación de
Recursos Naturales y Medio Ambiente Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación. Roma.
Edit. FAO.
VARELA, F. (1996) Conocer. Barcelona,
España. Gedisa
VIZER, E (2003) La
trama (in)visible de la vida social.: comunicación, sentido y realidad (1ª
ed.). Buenos Aires. La Crujía
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